Relaciones tóxicas en el mundo de las series
¿Cómo aprendemos a sentir, a entender lo que sentimos? ¿Cómo somos capaces de expresar nuestras emociones, las más básicas pero también las más complejas? La respuesta es más sencilla de lo que parece: a través del ejemplo. Vivimos en sociedad y vamos aprendiendo, poco a poco, a cómo comportarnos en cualquier ambiente observando precisamente a los demás. Hay algunas emociones que ya nos traen sus propias acciones de fábrica, como llorar de dolor o sonreír de pura alegría. Pero hay sentimientos que pueden ser muy complejos de entender, y el amor es uno de ellos. Siempre se ha dicho que es mucho más fácil odiar que amar, porque lo primero nos sale solo y no tenemos que darle tantas vueltas como a lo segundo.
Nacemos llenos de amor por los demás, pero la sociedad nos va esculpiendo para enseñarnos que no podemos entregar tan fácilmente eso que llevamos dentro. Nuestra familia y nuestros seres queridos estarán siempre en nuestra lista preferente para entregarles todo ese amor que sentimos. Pero cuando nos enamoramos de otra persona, alguien que nos gusta y con quien queremos tener una relación, ya sea duradera o pasajera, nuestros filtros de seguridad parecen dejar de servir. Ya no estamos tan alerta como antes, porque cuando nos enamoramos hay que dejarse llevar. Este tipo de frases, tan bonitas pero peligrosas, son las que construyen esa falsa realidad del amor romántico en nuestros días, basado en emociones y no en la lógica, en la intensidad y en la locura, en lugar de en sentimientos razonables que nos hagan ver a esa persona como es. Las relaciones tóxicas están a la orden del día, y lo pero es que hemos visto muchas de ellas en nuestras series favoritas.